domingo, 11 de febrero de 2018

CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE SACHSENHAUSEN (ORANIENBURG - ALEMANIA)

Para comenzar esta entrada de hoy voy a pediros perdón, si, perdón a los que me leen o llegan aquí bajo el título de “LOOK” y la coletilla de “this is our beautiful planet” buscando instantáneas bonitas… La de hoy no tiene nada de bonito, ni de agradable, ni nada que os pueda recrear la vista. Pero es necesario que miréis para ella, es muy necesario que lo hagáis, y luego de leerme me gustaría que reflexionarais sobre ello. Ese que veis en la foto es el campo de concentración de Sachsenhausen en Oranienburg una localidad muy cercana a Berlín.

Construido en 1936 fue uno de los primeros campos de concentración Nazis en el entorno de la capital Alemana, en un principio su uso fue destinado a recluir a presos políticos, opositores al régimen, Comunistas y Socialistas, intelectuales de izquierdas y todo aquel que pudiera influir en la población con ideas contrarias al Nazismo. Pero no tardó en albergar prisioneros de todo tipo. Judíos, gitanos y toda clase de etnias poco deseables para los Nazis, homosexuales, apátridas, delincuentes, gente caída en desgracia, soldados soviéticos y refugiados republicanos españoles. Sachsenhausen pronto se llenó tanto que tuvo que ver ampliada su extensión en no pocas ocasiones.

En sus primeros años Sachsenhausen era un campo de concentración destinado al trabajo forzado, pero pronto, debido a que su población aumentaba sin control se le dotó de instalaciones de exterminación. Por Sachsenhausen pasaron 140.000 prisioneros en los años que estuvo activo. De los cuales perecieron en el más de 30.000, aunque no se tiene registro en estas cifras, de los miles de soldados soviéticos que eran fusilados nada más llegar.

No penséis que los demás se libraron, cuando una persona entraba en un campo de estas características lo mas probable es que no saliera con vida, una gran parte de los reclusos fueron movidos a otros campos donde murieron y otros muchos murieron durante las marchas de la muerte, cuando el Ejército Rojo se acercaba y los Nazis evacuaron apresuradamente el campo marchando hacia el norte a la parte que todavía controlaban de Alemania. Muchos prisioneros murieron en esta marcha, débiles, ante las frías y largas caminatas, algunos otros tuvieron la “suerte” de encontrarse demasiado débiles o enfermos en ese momento y ser abandonados por los Nazis en la enfermería, por lo que cuando los rusos llegaron fueron a los pocos que se encontraron en un recinto prácticamente vacío.

El “valor” de este triste lugar, radica precisamente en esto, cuando los Nazis lo evacuaron apresuradamente ante la inminente llegada del Ejército Rojo, no les dio tiempo a destruir los documentos, por lo que todo lo referente a él ha quedado muy bien documentado. Por ello y tras unos años de uso Sovietico durante la época de la RDA En el que primero lo usaron para recluir prisioneros nazis y luego derribaron gran parte de los barracones para convertirlo en campo de tiro y entrenamiento, el campo paso a ser un memorial, gestionado por una parte de sus supervivientes, poco a poco fue adaptándose para ser visitado por quien quiera hacerlo.

Puede por supuesto hacerse de manera libre, pero desde aquí os aconsejo que si os apetece hacerlo, sea con un guía, ya que pocas estructuras del campo de concentración se encuentran en pie, y si no tenéis una explicación de apoyo, de poco os vais a enterar. Desde Berlín se pueden contratar diferentes excursiones con guía. Nosotros elegimos la de Civitatis. Una fría mañana de viernes nos reunimos en Alexanderplatz con nuestra guía Laura, una chica muy profesional, que trata al grupo excelentemente y llena la visita de cantidad de información adicional muy interesante. Una visita que en ocasiones se hace demasiado dura debido a los terroríficos testimonios de supervivientes. Es imposible no sobrecogerse viendo algunas edificaciones y trasladando tu mente a ese horror.

Cuando me puse a ver las fotos de ese día, empecé a seleccionar las que quería procesar, entre ellas estaba esta, casi al final de la visita pude hacer una en la que se ve una panorámica con la entrada del campo al fondo. Después de pensar decenas de opciones sobre como procesarla, al final me decidí por el blanco y negro, tonos oscuros y grises, como en si fue y es este abominable sitio. Un trozo oscuro de los muchos que tiene la historia del ser humano, un trozo oscuro que aunque no lo parezca es tan reciente que aun vuelve oscuras la vidas de muchas personas, un trozo oscuro que no se debería de repetir, pero por desgracia sigue repitiéndose de una manera u otra en muchas partes del mundo aunque las veamos tan lejanas en la distancia a nuestra cómoda vida en Europa y no os creáis, visto lo visto en los últimos años en el panorama político internacional puede que algunos no estén muy lejos de volver a la locura y el odio irracional.




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