sábado, 20 de enero de 2018

UN FASCINANTE PASEO EN GLOBO (VANG VIENG - LAOS)

Laos, el pequeño país del sureste asiático, siempre queda en segundo plano cuando pensamos en viajar por la zona, Tailandia, Vietnam, y Camboya suelen ser por este orden los países preferidos por la mayoría de los turistas europeos.

Pero poco a poco Laos empieza a emerger mostrando al mundo todas sus bondades, tanto culturales como naturales. Hace ya un tiempo, Vang Vieng, una de sus ciudades más famosas, era un hervidero de mochileros que visitaban el país en busca de aventura, pero sobre todo de fiesta descontrolada, las autoridades de Laos tomaron cartas en el asunto para evitar que se vendiera esa clase de turismo al exterior, y es que el desenfreno por entonces en esta pequeña ciudad era exagerado y no solo alejaba al viajero más serio, si no que también molestaba y desvirtuaba la vida de los laosianos de la zona. Alcohol, drogas, y prostitución, unido a actividades de aventura con la mínima seguridad, como el famoso tubing, provocaban altercados a diario y no pocas muertes por accidentes.

Pero eso ya pasó, el viajero que visita Vang Vieng hoy en día, se encontrará con una ciudad plagada de bares, gente joven de fiesta, pero también verá que el desenfreno se ha controlado muchísimo, y la apuesta por el turismo de calidad es clara, con decenas de alojamientos de calidad, y listas interminables de aventuras que realizar por su entorno. Kayak en el rio Nam Song, paseos en bicicleta, rutas de trekking por sus preciosos paisajes kársticos… o dar un paseo en globo…

Subirse a un globo aerostático es una de las experiencias que hay que vivir al menos una vez en la vida, y si para la ocasión tienes posibilidad de disfrutar de unas vistas espectaculares mejor que mejor. Aprovechamos la ocasión que se nos brindaba en Vang Vieng para hacerlo a un precio algo más económico de lo que nos costaría en Europa. Habíamos visto el paisaje a nuestra llegada y la oportunidad de verlo desde las alturas se antojaba fascinante. El dilema surgía con la parte del día en la que hacerlo. Amanecer o anochecer... cualquiera de los dos momentos prometía unas vistas inolvidables. Tras un rato deliberando y poniendo sobre la mesa todas las ventajas y desventajas de cada momento, nos decidimos por el amanecer.

Eran las 5 y media de la mañana y ahí estábamos, impacientes, nerviosos, y muy atentos mientras los operarios calentaban el aire para que el globo se hinchara. Grandes masas de nubes cubrían el cielo, daba igual, una vez cogiéramos altura y las superáramos, no veríamos el suelo, pero el espectáculo de ver un mar de nubes merecía también la pena. El primer globo se elevó, y nosotros íbamos en él, en pocos segundos superamos las nubes, el sol comenzaba a asomarse entre las montañas.

El espectáculo era mayúsculo, te quedas tan embobado, que no sabes a donde mirar, no quieres perderte nada, mires donde mires solo encuentras belleza. Las nubes bajo tus pies, el sol en el horizonte, las montañas iluminadas, es imposible dejar de mirarlo. Incluso te da cosa mirar a través del objetivo de la cámara, no quieres dejar de ver el espectáculo con tus propios ojos. Pero lo haces, tienes que hacerlo, no puedes dejar pasar la oportunidad de inmortalizar un espectáculo como el que veis en la foto.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario