viernes, 16 de septiembre de 2016

CAIS DA RIBEIRA (OPORTO - PORTUGAL)




Antes de irnos de Portugal queríamos visitar la bella Oporto, una encantadora ciudad a orillas de la desembocadura del rio Duero. Dos días deberían de ser suficientes, pero como casi siempre pasa, siempre queda algo que ver, por lo que hay que priorizar cosas, y no se puede ir uno de Oporto sin pasear por las Cais da Ribeira, sus pintorescas casas de colores, sus calles estrechas dan paso a un paseo a lo largo del rio en el que podemos disfrutar de un mercadillo y de decenas de ofertas gastronómicas, además de unas geniales vistas.

La mayor parte de los turistas acceden a la zona por las cercanías del puente de Luis I, pero nosotros decidimos caminar esa mañana para ver lo máximo posible de la ciudad, por lo que empezamos a recorrer la ribera del Duero mucho antes, a la altura de Cais das Pedras, siempre con Vila Nova de Gaia al otro lado del rio íbamos caminando con un calor que aumentaba por momentos, observado los preciosos tranvías que de vez en cuando se nos cruzaban.

Hoy en día, con la presencia del moderno metro de la ciudad, que llega a la mayoría de las zonas de interés, el tranvía ha quedado como mera atracción turística. Solo unos seis siguen operativos realizando servicios en tres líneas. El que veis en la foto es uno de los que circulan en la línea 1 entre Infante y Passeio Alegre.

Tras una media hora más caminando, llegamos a la zona más turística donde el cuerpo nos pedía ya un merecido descanso, así que nada mejor que sentarnos en una terraza a disfrutar de una buena cerveza portuguesa, pedimos un par de pintas de Super Bock que no está nada mal.

Después de dar cuenta de la refrescante cerveza buscamos un restaurante por la zona, sabíamos que era turística y que lo más seguro es que nos cobraran bien y la comida no fuera nada de otro mundo, pero tras un breve paseo decidimos entrar en uno en el cual al contrario de lo que habíamos pensado, fuimos genialmente atendidos, pero sobre todo disfrutamos del mejor Bacalao que he probado en mi vida, y todo acompañado de un buen vino de Oporto.

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